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Agentes de la Ertzaintza en la playa de la Zurriola donde este martes ha fallecido un turista estadounidense. / Usoz
La playa de la Zurriola, en San Sebastián, ha vuelto a cobrarse la vida de otro extranjero, el segundo en menos de un año. Un turista estadounidense de 44 años falleció este martes tras sufrir un accidente cuando hacía paddle surf. El fuerte viento que azotaba la costa truncó los planes del surfista, natural de Florida, que fue arrastrado por las olas hacia las rocas en la zona de Sagüés, de donde intentaba salir cuando recibió un fuerte impacto que le dejó inconsciente. Los equipos de emergencia que se acercaron al lugar solo pudieron confirmar su muerte.
El trágico suceso tuvo lugar sobre las 15.00 horas, poco antes de la pleamar. El varón, que pasaba unos días junto a su familia en Donostia, había alquilado una tabla de paddle surf en un establecimiento cercano a la playa y se había lanzado al agua. Tras el baño, al intentar volver a la arena empezó a tener problemas por la marea, que junto al viento y la corriente comenzó a arrastrarle hacia la zona de rocas junto a Sagüés, a la altura de donde se ubica el club Groseko Surf Indarra.
El hombre intentó salir del agua, aunque sin éxito. Al parecer, pidió ayuda y fue entonces cuando los paseantes que se encontraban a la altura del muro de Sagüés se percataron de lo que ocurría. Pero los servicios de emergencia no llegaron a tiempo. Pese a que cada día decenas de surfistas se acercan a la Zurriola a coger olas, el servicio de socorristas solo está activo durante los meses de verano, por lo que este martes no había vigilancia.
Uno de los golpes que sufrió le hizo perder el conocimiento y la marea devolvió su cuerpo, inconsciente, flotando boca abajo. Dos buzos de la Cruz Roja acudieron a su rescate en sendas motos de agua. Tras sacarle del agua, una vez en la playa, los sanitarios desplazados hasta el lugar le realizaron maniobras de reanimación durante cerca de media hora, pero finalmente solo pudieron confirmar su fallecimiento en el propio arenal.
Junto al cuerpo sin vida se podían ver los importantes daños que habían sufrido la tabla de paddle surf que había alquilado y el remo, reflejo del fuerte impacto sufrido por la víctima cuando chocó contra las olas. El cuerpo ya sin vida del surfista permaneció en la playa casi dos horas, hasta que la comitiva judicial decretó el levantamiento de cadáver.
El hombre acababa de llegar a pasar unos días de vacaciones a San Sebastián junto a su mujer, su suegra y sus dos hijos adolescentes, que tras ser alertados de lo ocurrido llegaron al lugar totalmente devastados.
El accidente mortal de este martes recuerda al del verano pasado. En ese caso, no se trataba de un surfista, sino de un joven que decidió darse un chapuzón con los amigos en la Zurriola. Un irlandés de 31 años perdió la vida en la madrugada del 31 de julio cuando se bañaba junto a otras tres personas. Eran las cuatro de la mañana y un grupo de amigos, todos turistas, decidieron darse un chapuzón, sin saber que la Zurriola es una de las playas más peligrosas de Gipuzkoa, por las complicadas mareas, muy cambiantes, y las corrientes que son fuertes.
Dos de los jóvenes consiguieron salir por su propio pie. Es más, fueron ellos quienes dieron la voz de alarma. Las dotaciones de la Ertzaintza, bomberos, sanitarios y Cruz Roja que se acercaron hasta el lugar lograron sacar a otro compañero con vida, pero el cuarto se ahogó. Los servicios médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida. En ese momento no había comenzado el servicio de socorrismo, activo desde las 10.00 horas hasta las 20.00 horas en los meses estivales. El cuerpo sin vida del joven irlandés fue hallado por los servicios de emergencia en el fondo del mar, en la bocana más cercana al río Urumea.
Con la de este mrtes son dos víctimas mortales en la playa de la Zurriola en apenas ocho meses, aunque si hubo un año trágico para este arenal donostiarra, ese fue 2011. En apenas cinco meses, tres extranjeros fallecieron en sus aguas. El primero, un joven polaco de 23 años que fue hallado ahogado a primera hora de la tarde del 9 de junio. Fue arrastrado por una corriente cuando nadaba con unos amigos alrededor de las 6.30 horas de la mañana.
Solo diecisiete días después unos bañistas encontraron el cuerpo sin vida de un congoleño de 27 años flotando en el agua de esa misma playa. En octubre, otro joven, un holandés de 19 años, fue arrastrado por el mar hacia dentro cuando se encontraba bañándose junto a otros amigos.
Las historias se repiten en la Zurriola, con diferentes protagonistas, pero con un final igual de trágico. El desconocimiento de sus fuertes corrientes -tiene tres corrientes que suponen un quebradero de cabeza para los socorristas y un gran peligro para los bañistas- hace que esta se haya convertido en una de las playas de mayor riesgo del territorio.
Una de las corrientes más peligrosas es la del centro de la playa, que se desplaza según las mareas. Cuando hay muchas olas arrastra muy fuerte a los bañistas al interior del Cantábrico. En caso de verse en apuros, los expertos recomiendan mantener la calma y tratar de salir poco a poco por los laterales, pero nunca nadar a contracorriente. La zona más complicada es la que está cerca de Sagüés. Mandar señales de socorro, como levantar la mano, también es primordial para dar la voz de alarma.