Vamos a hacer un recorrido por las diferentes tablas de surf y no va a ser fácil porque hay una enorme variedad de tablas como también lo hay de tipos de surf. Desde modelos de principiante a tablas profesionales, de distintos materiales, con distintas superficies tamaños y pesos. Además, otro factor que influye es el tamaño de las olas porque no es lo mismo surfear ciertas olas de la costa gallega, aun siendo grandes y con fuerza, que ir a Nazaré y enfrentarse a sus olas gigantes. Así pues, la variedad de materiales que existen en la actualidad está muy adaptada a las distintas especialidades y necesidades y en una buena tienda de surf nos asesorarán con gran eficacia para adjudicar una tabla acorde con nuestra experiencia y características físicas.

Pero si empezamos por los orígenes, al menos por lo que conocemos del año 1.778 a través del capitán Cook, las primeras tablas eran de madera. Algo mucho más cercano a tablones de obra que a verdaderas tablas de surf tal y como las conocemos en la actualidad. Medían entre los 3,5 y los 7 metros de largo, así que nos podemos hacer una idea de lo que podían pesar y de las limitaciones que tenían.

No sería hasta la década de 1920 cuando al atleta estadounidense Tom Blake se le ocurrió aligerar el peso de semejantes tablones creando las primeras tablas de surf huecas. Esto las hacía mucho más ligeras y manejables, aunque los primeros modelos tenían el problema de que se rompían con cierta facilidad por la brusquedad y fuerza de las olas. Además, su sistema de hacerlas huecas quizás no era la forma más óptima ya que, literalmente, las agujereaba para bajar el peso, pero luego tapaba los mismos agujeros para evitar que entrase el agua.

Si si, sobre esa #ola va una persona con tabla de #surf … Algunas de las olas más grandes del mundo se ven por las playas de #Nazaré #Portugal 🌊 … aquí los surferos han llegado a domar olas de 24 metros … wow! 🏄‍♂️ pic.twitter.com/5wJIy7et4v

A medida que el deporte se popularizaba, fueron introduciéndose avances. Pero el señor Blake iba por delante de todos y, a mediados de la década de 1930, se le ocurrió añadir las quillas, una decisión que revolucionó el surf. Aun así, seguían teniendo un problema de peso y, tras la fallida idea de hacer tablas como un queso gruyere, fueron combinándose distintos materiales.

La madera más utilizada en ese momento era la secuoya porque era la que tenían más a mano en la zona de California y porque era duradera. Pero se empezaron a combinar distintas maderas en la misma tabla, usando algunas más ligeras para el núcleo y la secuoya para el recubrimiento. Se ganaba ligereza y eso hacía disfrutar más a los aficionados que iban llenando las playas de California. Aún eran tablas largas y poco manejables, pero eso pronto iba a cambiar.

En la década de 1950 abandonaron estos materiales porque, por fin, se podía procesar el poliuretano. Sí, el descubrimiento de este material se había logrado en 1937 a base de la combinación de elementos como el petróleo y el azúcar, pero su utilización no se generalizó hasta 1948. Por tanto, tardaron bien poco en darse cuenta de que el surf se podía beneficiar de su ligereza y consistencia.

Aquella innovación supuso un cambio brutal, solo hay que pensar en la diferencia de peso con la que nos encontrábamos de repente, diferencia entre tablones de secuoya de 6-7 metros o tablas más cortas de poliuretano. Todo eran ventajas. Y todos estos materiales han seguido evolucionando hasta hoy, cuando encontramos tablas de poliuretano y epoxi para el recubrimiento. Aun así, en los últimos años y gracias a la investigación, se está retornando a la fabricación de tablas de madera. Eso sí, maderas mucho más ligeras que los primeros tablones de secuoya.

En la actualidad podríamos dividir las clases de tablas de surf en las siguientes categorías tomando como referencia desde las que van de principiantes a profesionales: longboards, Malibú, Groveler y shortboard.

Guía Sobre Los Tipos De Tablas De Surf: Una Tabla Para Cada Tipo De Día @artsurfcam... https://t.co/bH9626MBxN pic.twitter.com/lJUGz8x1Oq

Longboards: son muy utilizadas para los aprendices. Tanto por su tamaño como por su anchura otorgan una buena estabilidad a la hora de iniciarse. Son tablas que pueden llegar a los 3,5 metros de longitud y pueden ser utilizadas en zonas de olas no muy fuertes.

Malibú o mini mal: tendría las mismas características que una tabla del tipo longboard, pero con unas dimensiones mucho más cortas. Estamos hablando de una tabla de menos de 2,5 metros, ideal para principiantes por su peso, flotabilidad y estabilidad. Es muy recomendable para tomar hábitos de remo y poder dar el salto al siguiente tipo.

Groveler o evolutivas: su nombre no deja mucho margen a la imaginación. Se trata de tablas intermedias entre las Malibú y las shortboard. Un poco más pequeñas que las primeras y que permiten ciertas maniobras para ir cogiendo experiencia. Es una buena transición previa a las shortboards.

Shortboard: es la tabla más común que se ve en las playas. Es mucho más corta y recomendable para surfers que ya han pasado cierto período de aprendizaje. Vamos a encontrar mucha variedad de materiales y de formas adaptadas a las características de cada uno. Son, principalmente, los modelos que usan los profesionales en las competiciones: al ser más cortas y estrechas permiten agilidad, rapidez y maniobrabilidad en las olas más exigentes.

Pero como decíamos al principio, estos no son los únicos tipos de tablas de surf, sino que son los principales, porque las hay también híbridas, las step-up para olas gigantes, las fish para conseguir una velocidad extra, incluso una variedad que se inspira en tablas retro de los 60's y 70's que se denominan mid-length. Y hay más variedades, todas inspiradas para hacer del surf uno de los deportes que más conectan al hombre con la naturaleza.