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por: Jen Murphy, AARP, 15 de julio de 2022

En verano, el sol, la arena y el mar nos seducen. Por eso no es sorprendente que un estudio reciente (en inglés) realizado por University of Alabama revelara que la playa es el destino de vacaciones más popular (nuestras disculpas a las montañas). Afortunadamente, en Estados Unidos hay costas deslumbrantes que ofrecen una amplia variedad de playas adonde escapar, desde orillas remotas pobladas de dunas hasta arenas doradas bordeadas de pasarelas y aguas tranquilas donde nadar. Puedes relajarte en un pintoresco pueblo costero o disfrutar de la cultura y la aventura mientras aprovechas el sol en una ciudad frente al mar. Sea cual fuere tu idea de unas vacaciones perfectas en la playa, estamos seguros de que la encontrarás en estos ocho destinos veraniegos.

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PHOTO BY: W. Drew Senter, Longleaf Photography

​El eslogan de la ciudad, “Pueblo pequeño, playa grande”, lo dice todo. En Gulf Shores encontrarás ocho puntos de acceso público a las arenas blancas como el cuarzo y a las aguas calmas del golfo de México. Para una atmósfera vibrante, ve a Gulf Place. La principal playa pública, al apenas dejar la carretera 59, es famosa por los torneos de voleibol, los bares en la playa y el colorido centro del pueblo, colmado de galerías y tiendas independientes. Un sitio recomendable para las familias es el Hangout, un centro de entretenimiento de 2.5 acres frente al agua donde se realizan conciertos, concursos de cocina y noches de juegos. Si prefieres desconectarte, el Gulf State Park ofrece un ritmo más tranquilo, y un nuevo pabellón en la playa ahora brinda comodidades como duchas, alquiler de tablas de surf de remo y un bar de refrigerios.

Alojamiento: cuando el Lodge at Gulf State Park se inauguró en el 2018 con sus 350 habitaciones, estableció un nuevo parámetro para el turismo sostenible en el área, con sus iniciativas amigables con el medioambiente, incluido el paisajismo autóctono. El hotel, frente a la playa, tiene acceso directo a las aguas verde esmeralda del Golfo y a más de 6,000 acres de senderos dentro del parque. Las tarifas comienzan en $273.

Consejo de los conocedores: los aficionados a las ostras no pueden perderse una comida en el Royal Oyster, una joya de restaurante que apoya a los productores locales de ostras.

Lo máximo para una escapada playera urbana, las más de doce millas de fina arena blanca de Miami tienen como telón de fondo hileras de condominios elegantes y hoteles distribuidos entre las calles 1st Street y 192nd Street. South Beach, que abarca desde South Pointe Park hasta 23rd Street al norte, está dividida en tres vecindarios. Es la más famosa de las playas; se distingue por los edificios estilo art déco de colores pastel y una multitud a la que le gusta observar y ser vista. Se destaca South Pointe Park, con su muelle de 450 pies de largo, senderos para caminar, un parque infantil y mesas de pícnic, donde puedes almorzar ceviche y pastel de lima del cercano Joe’s Takeaway. Lummus Park, un tramo de diez cuadras a lo largo de Ocean Drive, ofrece la mejor combinación de arenas idílicas y sitios donde observar el ir y venir de la gente.

Alojamiento: el Lifehouse, South of Fifth, que acaba de abrir en Collins Avenue a pocos pasos de las playas de South Beach, está rodeado de iconos del art déco. El estilo de bungaló playero retro de esta propiedad de 27 habitaciones la distingue en un vecindario conocido por sus hoteles glamorosos. Las tarifas comienzan en $130.

Consejo de los conocedores: Chris y Tracy Vlaun, el matrimonio detrás de V Art of Wellness, ofrecen sesiones perfectas de yin-yang y yoga con ejercicio en la arena (grupales o privadas) en Miami.

Hogar de una de las extensiones más grandes de playas vírgenes en la costa este del país, esta cadena de islas barrera atrae a aventureros que buscan algo más que descansar. Conocida cariñosamente como OBX, la región está compuesta de cuatro islas, seis pueblos y doce villas junto al mar. El agua poco profunda y los constantes vientos hacen que puntos como Manteo y el Parque Estatal Jockey’s Ridge sean mecas para volar cometas y practicar el windsurf. Las olas en Nags Head y Rodanthe son imanes para los surfistas. Y los restos de miles de naufragios atraen a buceadores a la costa. En Cape Hatteras National Seashore se encuentran algunos de los mejores campamentos de playa. En cuanto a la nostalgia por los veranos de la niñez, no encontrarás nada mejor que el pueblo de Duck, donde las familias todavía recogen cangrejos directamente desde los muelles.

Alojamiento: el Sanderling Resort es un popular oasis veraniego que abarca 13 acres frente al Atlántico y al estrecho de Currituck, cerca del pueblo de Duck. Con acceso privado a la playa, los huéspedes están a pasos de la arena, aunque el lujoso spa podría hacerte desear que haya un día nublado. Las tarifas comienzan en $255.

Consejo de los conocedores: los fanáticos de la aviación pueden volar una reproducción del planeador de 1902 de los hermanos Wright sobre las dunas del Parque Estatal Jockey’s Ridge en Kitty Hawk Kites.

PHOTO BY: ZUMA Press, Inc. / Alamy Stock Photo

Uno de los secretos mejor guardados del Medio Oeste es que sus playas compiten con las playas de las costas oceánicas. Si bien, Míchigan no tiene salida al mar, cuenta con 3,200 millas de costa a lo largo de cuatro de los Grandes Lagos. Probablemente el tramo más bello de arena color bronce sea Oval Beach. A unas dos horas de Chicago, en el pequeño pueblo “costero” de Saugatuck, esta playa de casi media milla de largo es tan ancha que casi nunca da la sensación de estar llena, y las dunas costeras bajas crean una sensación de aislamiento. Cuenta con comodidades como baños, un puesto de comidas, duchas y mesas para pícnic, por lo que es un lugar favorito de las familias. Bodegas, sidrerías, cervecerías artesanales y nuevos restaurantes “de la granja a la mesa”, como Pennyroyal Café & Provisions, han convertido la aldea de Saugatuck en un destino culinario emergente y en una deliciosa base para las vacaciones de verano.

Alojamiento: el Lake Shore Resort, que antes era un motel de 30 habitaciones, fue renovado recientemente con toques de hotel boutique, como muebles modernos de mediados de siglo y una piscina climatizada. Su ubicación a orillas del lago, una playa privada apta para nadar y clases gratuitas de yoga son algunos de los beneficios. Las tarifas comienzan en $270.

Consejo de expertos: al fondo de la modesta tienda Saugatuck Drug Store encontrarás un mostrador de bebidas gaseosas que ha servido helado de vainilla con cerveza de raíz y batidos de malta durante más de un siglo.

Esta península con forma de gancho en ​Massachusetts ofrece la experiencia suprema de Nueva Inglaterra con sus playas arenosas y pobladas de dunas, sus faros y los restaurantes rústicos de langostas. Cada uno de los 15 pueblos y villas más pequeñas de la región tiene su propio atractivo especial. Hyannis Port, el lugar de vacaciones de verano de John F. Kennedy, está impregnado de tradición presidencial, mientras que Provincetown cuenta con una vibrante comunidad artística y LGBTQ+. Los pueblos más remotos del Outer Cape, incluidos Provincetown, Wellfleet, Eastham y Truro, ofrecen fácil acceso a la costa nacional Cape Cod National Seashore, con sus 40 millas de costa prístina, seis playas aptas para nadar y rutas de senderismo desbordantes de naturaleza. Los pueblos y villas en el estrecho de Nantucket, como Dennis Port y Harwich, tienen playas más cuidadas con aguas más cálidas y oleaje más suave.

Alojamiento: el Pelham on Earle, de 27 habitaciones, está ubicado a 300 pies de la tranquila playa Earle Road Beach, con dunas de arena blanca cubiertas de hierba, cerca del centro de Harwich Port. Un servicio gratuito de transporte lleva a los huéspedes a la propiedad hermana, Pelham House Resort, en Dennis Port. El restaurante de la azotea es el mejor lugar del pueblo para disfrutar de un cóctel al atardecer. Las tarifas comienzan en $289.

Consejo de los conocedores: Sundae School, ubicado en un bar modernizado en Dennis Port, todavía prepara sus helados caseros en el lugar. Y no dejes de probar sus postres helados por miedo a las calorías.

PHOTO BY: Francesco Vaninetti Photo

La agreste costa de Oregón abarca 363 millas de dunas y acantilados, desde Astoria hasta Brookings, lo que la convierte en un sitio ideal para que los amantes de la playa recorran en auto. Cada una de las tres regiones de la costa tiene su atractivo particular. La sección norte es famosa por los restos de naufragios y sus históricos pueblos playeros, como Seaside (el punto final de la expedición de Lewis y Clark). La costa central atrae a personas activas y aventureras con su pesca, su surf y las largas pasarelas para caminar en el verano. Los viajeros que buscan algo menos trillado pueden dirigirse a la escarpada costa del sur, donde hay antiguos bosques de arrayanes y secoyas y grandes dunas. El artístico puerto de Coos Bay es una buena base para explorar las largas y desiertas playas del sur, hacer senderismo en los parques estatales Shore Acres y Cape Arago, y deleitarse con los mariscos de la zona.

Alojamiento: ubicado frente a una milla de playa frente a la bahía, Bay Point Landing es un moderno santuario para acampar ubicado a minutos del corazón de Coos Bay. Los huéspedes pueden elegir entre 26 cabañas de estilo escandinavo y 14 elegantes caravanas Airstream, o conducir su propio vehículo recreativo. Los 126 sitios para acampar cuentan con fogata, mesa para pícnic y acceso a la piscina de agua salada. La tienda general vende refrigerios, cerveza e incluso mantas Pendleton. Los fines de semana, un camión de comidas local sirve platos básicos, como crema de almejas y pescado con papas fritas, además de opciones de desayuno-almuerzo, como tostadas con aguacate y burritos. Las tarifas comienzan en $202 para las Airstream y $294 para las cabañas.

Consejo de los conocedores: algunos de los mejores platos del área se sirven en North Bend Lanes, una bolera a 10 minutos al norte de Coos Bay. Este establecimiento de propiedad familiar sirve estelares pizzas en pan sin levadura e indulgentes sándwiches de carne asada; también realiza conciertos, espectáculos de comedia y catas de vinos en el patio.

Anidado entre Los Ángeles y San Diego, este tramo de 10 millas de costa ininterrumpida refleja la cultura surfista y relajada del sur de California. Conocida como Surf City USA, es la meca de los surfistas. El hawaiano Duke Kahanamoku, el padre del surf moderno, fue famoso por cabalgar las olas bajo el muelle de Huntington Beach en la década de 1920. Hoy, los mejores surfistas del mundo llegan aquí todos los veranos para competir en el campeonato Vans U.S. Open of Surfing, en ese mismo lugar. Pero la acción no se limita al agua. Hay canchas de voleibol en la arena y un sendero de 6 millas para bicicletas, que siempre está lleno de ciclistas, corredores y patinadores. El vibrante centro de la ciudad, ubicado frente al agua, cuenta con una docena de fábricas, destilerías y salas de degustación de cervezas artesanales. Las fogatas en la playa son una tradición veraniega aquí, y tres de las cinco playas de Huntington tienen anillos para fogata —disponibles por orden de llegada— para tostar s’mores al atardecer.

Alojamiento: el Waterfront Beach Resort, de 457 habitaciones, tiene una ubicación inmejorable a poca distancia de la playa, del emblemático muelle y de la galería comercial Pacific City, en el centro. En el complejo encontrarás dos piscinas estilo laguna y un spa, además de cinco bares y restaurantes. Las tarifas comienzan en $299.

Consejo de los conocedores: ubicado en los 350 acres del Huntington Beach Central Park, el Shipley Nature Center ofrece una de las mejores oportunidades de observación de aves del sur de California en cualquier época del año. Y el acceso a la red de senderos interpretativos de la reserva, de tres cuartos de milla, es gratuito.

En cuanto pises las costas salpicadas de cocoteros de Ka’anapali, comprenderás por qué esta playa de arena blanca en la zona oeste de Maui fue en su día el punto de recogimiento de la realeza hawaiana. En la década de 1960, se urbanizó hasta lograr una perfección digna de una tarjeta postal, y se convirtió en el primer complejo turístico planificado en el estado de Hawái. Hoy, las tres millas de playa continúan siendo el epítome del paraíso. Las aguas calmas y cristalinas son ideales para hacer esnórquel, nadar o remar en las tradicionales canoas hawaianas con estabilizadores. Y cada atardecer, hay una ceremonia de zambullidas desde los acantilados en Pu’u Keka’a, que se encuentran en el extremo norte de la playa, en honor al último jefe gobernante de Maui, que era un ávido entusiasta de esa actividad. A poca distancia de la costa encontrarás dos fantásticos campos de golf con vistas al océano, algunos de los mejores hoteles de la isla y Whalers Village, un centro junto a la playa con tiendas minoristas y restaurantes.

Alojamiento: el Westin Resort & Spa en Ka’anapali completó recientemente una transformación de $120 millones que incluyó la adición de Hokupa’a, una torre con 217 habitaciones y beneficios especiales para los huéspedes, como acceso a un bar privado, una piscina infinita y actividades culturales gratuitas, entre ellas, lecciones de ukulele. Las tarifas comienzan en $599.

Consejo de los conocedores: el Kapalua Coastal Trail es un sendero apacible de aproximadamente 3.5 millas, de ida y vuelta, que comienza en la vecina playa Kapalua Bay Beach. Planifica tu salida para que puedas comer una bien merecida hamburguesa y beberte un batido en Burger Shack en D.T. Fleming Beach, el punto en el que das la vuelta para regresar.

Jen Murphy es columnista de The Wall Street Journal y colaboradora habitual de Travel + Leisure, Outside y Departures. También es la editora de Wildsam Field Guides: Hawaii.

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