El stand up paddle boarding es uno de los deportes acuáticos de más rápido crecimiento en el mundo. Mendoza se ha acoplado a esta tendencia desde hace algunos años, a través de dos grandes referentes: Vladimir Vergara y Guillermo Escoriaza.

La disciplina, también conocida como SUP, es una cruza entre el kayak y el surf, y es adecuada para prácticamente cualquier entorno acuático, desde mar abierto, hasta lagos.

Se trata de un ejercicio vigoroso de cuerpo entero. A la gente del aire libre le agrada porque es una buena manera de ver de cerca los entornos marinos o ribereños, sin la distracción y el daño ambiental del motor de un bote. Y los tipos relajados y de bajo impacto lo prefieren porque, en muchos entornos, es relajante y meditativo.

En los años 40 en Hawaii, surfers como el mítico Duke Kahanamoku y algo más tarde Leroy Ah Choy o John Zapotocky, empezaron a usar remos y tablas grandes de surf para seguir a los turistas que aprendían surf en sus playas y poder hacerles fotos o guiarlos en su aprendizaje. Esto llamó la atención de otros surfers de la zona que empezaron a practicarlo. Aún así, el SUP seguía siendo muy local y focalizado en las islas Hawaii.

El deporte no llegó hace mucho tiempo a nuestra provincia. Fueron Guillermo Escoriaza y Vladimir Vergara quienes lo introdujeron en Mendoza y crearon su propia escuela.

Escoriaza viajó a Barcelona (España) en 2017 y fue entonces cuando lo conoció. Paralelamente, Vergara, que vivía en Concón (Chile), también lo conocía y ambos aunaron sus conocimientos en nuestra tierra. "A principios de 2018 comenzamos a dar clases en el dique Potrerillos", manifestaron.

"Cuando estaba en Chile, trabajaba en una escuela de surf, donde me pude interiorizar un poco del deporte y sobre las certificaciones para dar clases en Mendoza. Me fui a hacer una capacitación a Mar del Plata. La Asociación Surf Argentina (ASA) imparte los cursos y hacen los cursos internacionales para los instructores. Una vez que hice el curso, nos vinimos a Mendoza para empezar a dar clases más particulares, sin haber abierto la escuela. El deporte ya había explotado en el país: había competencias, campeonatos nacionales y teníamos seleccionado nacional", relató Vladimir.

Los precursores de la disciplina y fundadores de escuela llamada SUP Mendoza aseguraron que se trata de "un deporte muy abierto a cualquier edad". "Si bien es un deporte náutico, lo que tiene de bueno es que lo puede hacer cualquier persona. Nosotros enseñamos a gente de 5 años en adelante y le damos el equipo completo. Le enseñamos al alumno al parte teórica de seguridad y después salimos a navegar con ellos. Siempre los acompañamos y va una tabla con un guardavida. La persona más grande que ha ido a entrenar tiene 70 años", explicó Guillermo.

En tanto, detallaron que en nuestra provincia también se está practicando la modalidad SUP yoga: "El SUP yoga, dentro de lo que es el deporte, es relativamente nuevo. En Mendoza se está haciendo muy poco y la idea es empezar a incursionar. La idea es hacer las mismas posiciones que se hacen en la tierra, pero en el agua. También tiene la variante del stretching".

El lugar por excelencia para practicarlo en nuestra provincia es el dique Potrerillos. Una de las exigencias en el mismo es la utilización de traje de neoprene desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre. En tanto, los mejores horarios para realizar la actividad allí es bien temprano (8 o 9 de la mañana) y bien tarde (18 horas).

De acuerdo con las definiciones del portal especializado Go Paddle Surf, las variantes que ofrece la actividad son:

El SUP podría atraer a amplios sectores del público activo, pero no es la búsqueda más barata o más intuitiva. Antes de que pueda llamarse un "paddle boarder", necesita aprender los mecanismos básicos del deporte, familiarizarse con las piezas clave del equipo e invertir una gran cantidad de tiempo y dinero en equipo, entrenamiento y comodidad personal.

El equipo básico incluye chaleco salvavidas ($4.300); tabla (las tablas de inicio 45.000; hay tablas inflables entre 100.000 pesos; las rígidas $150.000), pita de seguridad y remo ($8.000).